Trump, Epstein y Obama: el escándalo que desestabiliza a Washington

La Cámara de Representantes apresura su cierre para evitar votar la publicación de documentos del caso Epstein. Imágenes nuevas de Trump con el financista reavivan tensiones dentro del Partido Republicano. El expresidente Obama responde a acusaciones infundadas.

Washington se sacude antes del receso legislativo

La Cámara de Representantes de Estados Unidos decidió adelantar su cierre de sesiones un día antes de lo previsto. La maniobra no fue casual: buscaba esquivar una votación incómoda relacionada con la publicación de los expedientes del caso Jeffrey Epstein. La jugada política busca contener el creciente escándalo que, lejos de apagarse con la muerte del magnate en prisión, sigue generando sismos dentro del Partido Republicano.

A esto se suma la reciente publicación de imágenes exclusivas difundidas por CNN, que muestran a Donald Trump en actitudes cercanas con Epstein. El expresidente, presionado por sectores de su propia base, no logra desviar la atención mediática ni contener el debate dentro de su partido.

Maxwell, citada al Congreso

La comisión de supervisión del Congreso tomó la inédita decisión de citar a testimoniar a Ghislaine Maxwell, cómplice de Epstein, actualmente presa. La convocatoria es apoyada también por el Departamento de Justicia, en un giro que promete desatar nuevas revelaciones.

Cuando se le preguntó a Trump si temía lo que podría surgir de esos expedientes, respondió de forma ambigua y con declaraciones que derivaron rápidamente en acusaciones sin pruebas contra el expresidente Barack Obama. Sugirió que Obama habría estado implicado en un supuesto intento de “robo” electoral en 2016 y repitió teorías conspirativas ya desacreditadas.

Obama responde, y recuerda a Marco Rubio

La oficina de Obama, que habitualmente evita responder ataques, emitió un comunicado por la gravedad de las acusaciones. Tildó las afirmaciones de Trump de “distracción débil” y subrayó que los informes que demuestran la intervención rusa en las elecciones de 2016 fueron elaborados de manera bipartidista en el Senado. De hecho, el informe fue coordinado por el republicano Marco Rubio, actual Secretario de Estado.

“Los documentos emitidos la semana pasada no debilitan la ampliamente aceptada conclusión de que Rusia trabajó en influir la elección de 2016, pero que no pudo alterar el resultado”, señaló el comunicado del entorno de Obama.

El fuego amigo dentro del Partido Republicano

Mientras tanto, crecen las fisuras internas. Algunos legisladores republicanos exigen transparencia sobre el caso Epstein, temiendo el costo político de seguir defendiéndolo a ciegas. Otros, más alineados con Trump, intentan desviar la atención hacia teorías conspirativas, como las que involucran a Obama, Hillary Clinton o al “Estado profundo”.

Las imágenes filtradas por CNN, sin embargo, son un nuevo revés para el expresidente. Aunque aún no hay pruebas concluyentes de delito en su accionar, el clima político se enrarece, y el silencio de muchos dirigentes republicanos ante estas revelaciones empieza a pesar.

Lo que parece claro es que el caso Epstein —que muchos creían enterrado con su muerte— sigue sacudiendo los cimientos de la política estadounidense. Si la comparecencia de Maxwell avanza y los archivos se publican, podría tratarse del mayor escándalo institucional en años. Y esta vez, ni Trump ni su partido podrán esquivar las respuestas.

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