
La minera, pantalla del narcotraficante Fred Machado y el cártel de Sinaloa y que tantos problemas le trajo a Espert, está en Guatemala… ahora la pregunta: ¿La Libertad Avanza, con Santilli, está entrando en Guatepeor?
La renuncia de José Luis Espert a su candidatura por La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires dejó un vacío inesperado en la boleta única de papel (BUP). Más de la mitad de las boletas ya estaban impresas con su nombre y rostro, generando un dilema logístico y legal: ¿se reimprimen las boletas o se mantiene la imagen de Espert? La Justicia Electoral aclaró que no hay tiempo para modificaciones antes de las elecciones del 26 de octubre.
Ante la situación, La Libertad Avanza solicitó que Diego Santilli encabece la lista en reemplazo de Espert. Sin embargo, el cambio plantea problemas con la paridad de género, ya que la ley exige alternancia entre hombres y mujeres. Al ser hombre, Santilli podría desplazar a una candidata mujer, generando críticas y cuestionamientos sobre el cumplimiento normativo.
La decisión también ha provocado malestar en la militancia tuitera más dura que respaldaba a Espert. Muchos consideran que Santilli representa al PRO y al aparato macrista, lo que genera desconexión con los valores de La Libertad Avanza y tensiones internas en las redes sociales.
A esto se suman las controversias legales y financieras que enfrenta Santilli. Denuncias recientes señalan vínculos con sociedades offshore familiares, con al menos 14 empresas registradas en paraísos fiscales. Este contexto pone en duda su compromiso con la transparencia y aumenta la exposición política del partido.
Logísticamente, el reemplazo de candidato en la BUP plantea desafíos enormes. Las boletas ya impresas implican costos millonarios si se decide reimprimir, retrasos en la distribución y riesgos de errores en el control electoral. Mantener las boletas originales podría confundir a los votantes y generar críticas sobre la legitimidad del proceso electoral.
En suma, la baja de Espert y la eventual subida de Santilli desatan una combinación de problemas legales, éticos y políticos. Entre las cuestiones más urgentes están garantizar la paridad de género, manejar la logística de la boleta única, mitigar el enojo de la militancia y enfrentar la polémica por los vínculos offshore. La situación evidencia la complejidad de reemplazar candidatos en plazos tan cortos, mostrando que, en política, la transición entre un “pelado” y un “colorado” puede ser más turbulenta de lo que parece.
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