Ozzy Osbourne, el “Príncipe de las Tinieblas”, muere a los 76 años

El mundo de la música y la cultura popular está de luto tras la confirmación del fallecimiento de John Michael “Ozzy” Osbourne, legendario vocalista de Black Sabbath y figura clave del heavy metal. Tenía 76 años y murió el martes 22 de julio de 2025 por la mañana, “rodeado de su familia y del amor de sus seres queridos”, según confirmó su familia. La causa oficial del deceso no se detalló, aunque se sabía que padecía la enfermedad de Parkinson desde 2019–2020.

Un último adiós sobre las tablas

Hace apenas tres semanas, Osbourne dio su última actuación el 5 de julio de 2025 durante el concierto “Back to the Beginning”, un evento benéfico celebrado en Villa Park (Birmingham), ciudad natal de Black Sabbath. En este show, no solo lideró su antigua banda junto a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward —ellos se reunían en el escenario por primera vez en veinte años—, sino que también estuvo acompañado por figuras capitales del rock como Metallica, Guns N’ Roses, Tom Morello, Steven Tyler y Billy Corgan, entre otros. Debido a un Parkinson avanzado, Ozzy cantó sentado en un trono especialmente diseñado para él.

El concierto, que recaudó fondos para Cure Parkinson’s Trust, Birmingham Children’s Hospital y Acorns Children’s Hospice, fue aclamado como un emotivo adiós tanto por fans como por críticos. Según Osbourne, quiso que este evento fuera una forma de “devolver algo al lugar donde nací”.

Un día antes de su muerte, Ozzy compartió en Instagram una imagen de un pasillo tras bambalinas con el letrero “Back to the Beginning – The Final Show”, acompañada por su clásico “Mr. Crowley”, sin más texto. Muchos seguidores interpretaron esta publicación como una despedida íntima.

Trayectoria y legado

Nacido el 3 de diciembre de 1948 en Birmingham (nacido oficialmente en Marston Green), Ozzy se consagró como vocalista y figura central de Black Sabbath, banda que definió el heavy metal en los años setenta con discos como Paranoid y Master of Reality. Tras ser expulsado en 1979 por problemas de adicciones, inició una exitosa carrera en solitario, lanzando álbumes emblemáticos como Blizzard of Ozz o No More Tears.

A principios del siglo XXI se consolidó como estrella mediática gracias al reality de MTV The Osbournes, que lo mostraba en un entorno doméstico, irreverente y entrañable, influyendo en la cultura pop y señalando el camino para generaciones futuras de celebridades en televisión.

Vendió más de 100 millones de discos, fue incluido en el Rock & Roll Hall of Fame tanto por su trayectoria con Sabbath como en solitario (2006 y 2024, respectivamente), y recibió múltiples galardones: premio Grammy (1994), Ivor Novello (2015), reconocimiento global en MTV Europe (2014), además de un tranvía nombrado en su honor en Birmingham y una estrella en Hollywood.

La comunidad musical rinde homenaje

La noticia del fallecimiento desencadenó una oleada de tributos de figuras de la industria. Elton John lo calificó como “gran amigo y pionero”. Rod Stewart le dedicó un sentido “Bye, bye Ozzy. Sleep well, my friend”. También se pronunciaron Ronnie Wood, Jason Momoa, Billie Joe Armstrong, Gene Simmons, Flavor Flav y Questlove, entre otros. La prensa, desde The Guardian hasta Euronews y The Times of India, aludieron a su impacto cultural y musical, destacando sus comienzos en los años setenta, su icónica imagen gótica, su transformación en estrella televisiva y su lucha pública contra adicciones y enfermedades.

En 2020 reveló que sufría de Parkinson, y además se informó que ya no podía caminar y padecía enfisema por tabaco. En 2025 canceló parte de su gira europea y su posición en el escenario se volvió mayoritariamente sedentaria. Aun así, su voz permaneció intacta y su espíritu inquebrantable: “Te amo”, gritó al público en Villa Park al corear “Paranoid”.

El final de una era

La muerte de Osbourne representa mucho más que la desaparición de una estrella musical: marca el fin de una era dorada para el heavy metal y para una cultura que se construyó en los márgenes, a través del exceso, la transgresión, pero también una autenticidad profunda. Su vida fue un testimonio de resistencia y reinvención: de las maquinaciones oscuras con Sabbath, al incómodo brillo de un reality familiar, hasta su batalla pública contra enfermedades graves.

Su adiós final, reafirmado con un concierto colosal, y su muerte en paz junto a lo más querido de su vida, cierran el capítulo de una leyenda.

Querido Ozzy, gracias por tanto. Hasta siempre y como solías decir “See you soon… maybe.”

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