
Un demoledor informe del Grupo Atenas revela el profundo deterioro del tejido productivo argentino, que se agudizó drásticamente en los primeros meses de la gestión del presidente Javier Milei. Según el estudio, entre diciembre de 2023 y junio de 2025, cerraron 16.322 empresas en el país, lo que representa un promedio alarmante de 28 cierres por día. Esta “glaciación productiva”, como la definen los economistas, no solo implica la desaparición de unidades productivas, sino una masiva destrucción de capital social y empleo formal.
La cifra más impactante del informe es la pérdida de 236.139 puestos de trabajo registrados durante el mismo período. Esta destrucción de empleo formal privado, según el análisis, supera incluso la caída observada durante el pico de la pandemia de COVID-19, señalando que el actual shock económico está golpeando a la economía real con una intensidad histórica.
Los Sectores Más Afectados y las Causas del Derrumbe
El documento del Grupo Atenas detalla que el proceso de “enfriamiento prolongado de la actividad económica” impacta de manera transversal, pero castiga con especial dureza a sectores clave para el desarrollo: la Construcción y la Industria Manufacturera.
En la Construcción, la paralización total de la obra pública a nivel nacional ha generado un efecto devastador, dejando sin actividad a miles de contratistas y proveedores. Por su parte, la Industria Manufacturera sufre por los bajos niveles de utilización de la capacidad instalada y, sobre todo, por la dramática caída del consumo y de la demanda interna. Esta combinación de factores ha provocado que empresas de distintos tamaños, desde PyMEs familiares hasta grandes compañías, deban recurrir a estrategias de supervivencia dolorosas.
Un monitoreo de 100 casos representativos evidenció que más del 50% de las PyMEs encuestadas cerraron o suspendieron personal, las empresas medianas aplicaron despidos parciales, y las grandes debieron reducir sus plantillas para sostener mínimamente su operación. Las principales causas, según los propios empresarios, son la caída de las ventas y la pérdida de rentabilidad debido al aumento de los costos fijos y la imposibilidad de trasladar precios.
El Impacto de la Política de Ajuste: Recesión sin Piso
El informe del Grupo Atenas establece una relación directa entre el recorte del gasto primario implementado por el Gobierno, concentrado en transferencias a las familias, salarios públicos y obra pública, y el colapso productivo. El ajuste, equivalente al 4% del PBI, generó un efecto multiplicador negativo que se expandió por toda la cadena de valor, al reducir drásticamente el poder de compra de la población.
Los economistas a cargo del estudio advierten que esta no es una “recesión común”, sino una “desintegración progresiva del entramado productivo argentino”. La destrucción de empresas y puestos de trabajo no son fenómenos paralelos, sino dos caras de una misma crisis que está erosionando la base empresarial del país y llevando a una fragilidad estructural que requiere, según el documento, de un shock extraordinario de dólares cada seis meses para evitar corridas cambiarias y mantener a flote el nivel de actividad.
La crisis productiva, además de los datos económicos, tiene un costo social profundo, pues explica el deterioro de la calidad laboral, el aumento de los desocupados de larga duración y la expulsión de técnicos y profesionales, golpeando la posibilidad de generar valor agregado futuro y, en definitiva, achicando el país.
