Una tormenta sin precedentes causó estragos en Buenos Aires, con lluvias que superaron los 280 mm. Las ciudades de Zárate y Campana fueron las más afectadas. Hubo miles de evacuados, cortes de rutas y electricidad, y un despliegue masivo de fuerzas federales para rescatar y asistir a los damnificados.

Una fuerte tormenta azotó la provincia de Buenos Aires desde este viernes, generando un caos generalizado en distintos municipios y provocando evacuaciones masivas. Las localidades más afectadas fueron Zárate y Campana, donde las calles quedaron completamente anegadas, transformadas en ríos por la acumulación de agua. El fenómeno climático dejó un saldo de miles de personas evacuadas, barrios enteros bajo el agua y múltiples servicios esenciales interrumpidos.
Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), en algunas zonas se superaron los 280 milímetros de lluvia, lo que generó el desborde de ríos y anegamientos críticos. Ante esta situación, el Gobierno Nacional activó un operativo de emergencia de gran escala, coordinado por el Ministerio de Seguridad y la Agencia Federal de Emergencias (AFE), con la participación de todas las fuerzas federales.
Un vocero del Ministerio de Seguridad afirmó que “la prioridad absoluta fue y sigue siendo la seguridad y el bienestar de cada uno de los bonaerenses afectados por este fenómeno climático”. En ese marco, se desplegó personal, vehículos especiales, embarcaciones, helicópteros y apoyo logístico para asistir a las comunidades en riesgo.
La Prefectura Naval Argentina (PNA) participó activamente en tareas de rescate y orden público. En Zárate, se desplegaron efectivos para garantizar la seguridad, mientras que en Campana, se utilizaron embarcaciones para evacuar a los vecinos del Barrio San Cayetano. La Agrupación Albatros, especializada en operaciones de alto riesgo, tuvo un rol destacado. Además, el Servicio de Salvamento, Incendio y Protección Ambiental trabajó en el Barrio El Milagro, donde las condiciones eran especialmente difíciles. Para mantener el operativo en funcionamiento, la Escuela de Suboficiales de Prefectura aportó micros y personal para realizar relevos.
La Policía Federal Argentina (PFA) desplegó el equipo USAR ARG12, especializado en búsqueda y rescate en áreas urbanas colapsadas, junto con botes semirrígidos, kayaks y otros vehículos. Este cuerpo fue esencial para evacuar a personas atrapadas en sus casas por el rápido avance del agua.
Por su parte, la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) tuvo a su cargo el control del tránsito, realizando cortes de rutas estratégicos en las zonas con mayor riesgo para evitar accidentes, y colaborando también en la asistencia directa a los afectados.
A estos esfuerzos se sumaron la Armada Argentina, que aportó gomones, camiones y personal para tareas de apoyo logístico y relevamiento, y el Ejército Argentino, con vehículos especiales para el traslado de personas y bienes. El despliegue coordinado entre todas las fuerzas fue fundamental para contener los efectos inmediatos del desastre.
Las consecuencias del temporal no se limitaron a las inundaciones. En Zárate, se reportaron cortes extensos del suministro eléctrico, lo que complicó aún más la situación de los residentes. Las vías de comunicación también se vieron gravemente afectadas, con cortes y desvíos en importantes rutas nacionales.
La Dirección Nacional de Vialidad informó que en la Ruta Nacional 8, a la altura del kilómetro 147, se produjo un corte parcial, y en el kilómetro 164 solo se permitió el tránsito con extrema precaución, especialmente para vehículos pesados.
Sin embargo, la situación más crítica se registró en la Ruta Nacional 9: en el kilómetro 84, mano hacia Rosario, hubo corte total, al igual que entre los kilómetros 109 y 120 en ambos sentidos. Además, se interrumpió completamente el tránsito hacia San Nicolás en el kilómetro 231. Vialidad Nacional emitió un comunicado oficial recomendando evitar toda circulación por estas rutas hasta nuevo aviso: “Solicitamos encarecidamente a los conductores evitar la circulación por estas rutas hasta que las condiciones mejoren y podamos garantizar la seguridad”.
Mientras tanto, continúan las tareas de evacuación, asistencia humanitaria y monitoreo del clima, ante el temor de que el temporal se prolongue o se repita en los próximos días. Las autoridades instan a la población a respetar las indicaciones oficiales, evitar desplazamientos innecesarios y mantenerse informados a través de canales oficiales.
La tormenta dejó en evidencia, una vez más, la vulnerabilidad de ciertas zonas de la provincia ante fenómenos meteorológicos extremos, y la necesidad urgente de reforzar la infraestructura hídrica y los protocolos de emergencia.
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