
El embajador designado por Trump, Peter Lamelas, desató polémica al prometer que recorrerá las provincias argentinas para alinear gobiernos locales con Milei y alejar al país de China. Sus dichos —con tono injerencista y judicializador— fueron festejados por el oficialismo, pero también despertaron sospechas de colonialismo moderno. ¿Vuelve el Virreinato del Río de la Plata?
El embajador designado por Trump para la Argentina, Peter Lamelas, realizó un anuncio que percutió en lo más profundo del alma de los argentinos.
Dijo que, una vez llegue a nuestro país, visitaría las provincias para realizar tratos comerciales y asegurarse de que las provincias argentinas no realicen tratos comerciales con China, que los gobiernos provinciales apoyen al gobierno nacional de Milei y que se asegure de que CFK reciba “la justicia” que merece.
Estos dichos fueron tomados de una forma interesante en el público argentino.
Por un lado, el gobierno nacional lo anunció con bombos y platillos a través de sus medios de prensa, y gran parte de la población que apoya a este gobierno festejó a Lamelas.
Sin embargo, a gran parte de la población le cayó tan mal el nivel de intervención extranjera anunciada que, además de hacer ruido por las redes, se reunieron en espacios a determinar si deberían permitir este tipo de embajadores y si deberían pedir que renuncie tal futuro embajador antes de que pise suelo argentino.
Adorni, después del escándalo mediático, atenuó la situación diciendo que no hay que darle tanta importancia a alguien que ni siquiera es embajador aún.
Aun así, Adorni quizás se olvidó de disipar el cuestionamiento de por qué un embajador estadounidense debiera hacer una suerte de “campaña” a favor de un partido y en contra de otro partido de un país al que no pertenece.
No hizo mención alguna de qué arreglos hay allí de fondo como para que un embajador ni siquiera esconda su propósito e intencionalidad injerencista de la política partidaria y apartidaria de nuestro país.
Dejaron revelado un acuerdo secreto de apoyo al gobierno libertario con total normalidad.
Desde mi posicionamiento observo varios ítems a analizar y cuestionar para que también los ciudadanos despierten su conciencia civil.
Primero, un embajador de un país cualquiera (en este caso USA) debiera preocuparse de las buenas relaciones y el afianciamiento entre un país y el otro a través de la diplomacia.
Ahora bien, Peter Lamelas anunció el afianciamiento hacia un partido dentro de la Argentina más que con el país (raro), pero además, se tomó el atrevimiento y la desprolijidad (porque en la diplomacia le llaman prolijidad al trato, aun con el adversario) de proponer una postura en contra de otro país (China) y otro partido político (peronismo), tratándolos de delincuentes y corruptos.
No sé cuánto sepan nuestros conciudadanos sobre las funciones de un embajador, pero desde su oficio no es la de pregonar un partido extranjero suyo en tal país, ni ponerse en contra de un partido u otro o de algún país u otro desde sus funciones representativas.
Eso nos habla no solo de “maniobras”, sino de una falta de educación y preparación como diplomático.
Segundo, me cuestiono por qué un diplomático extranjero quisiera salir por nuestras provincias cual pastor detrás de sus ovejas.
¿Es para obtener información necesaria para desempeñar sus acciones diplomáticas o él se cree cónsul y embajador romano de la época del Imperio Romano, que ya cree que conquistó estas tierras y ahora nos dirán qué hacer y qué no hacer?
¿Esto estuvo pactado con este gobierno? ¿Quién le dio esos atributos?
¡Con qué facilidad se autoatribuyen poderes que no les competen ni les corresponden!
Y para quienes crean que exagero, las palabras del propio Lamelas lo confirman.
Ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, el 22 de julio de 2025, declaró:
“Si soy confirmado, visitaré las provincias argentinas para asegurarme de que se mantengan alineadas con las reformas democráticas del presidente Milei y no caigan bajo la influencia del Partido Comunista Chino.”
(Audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, 22 de julio de 2025)
Fuente: https://elpais.com/argentina
A veces escucho a muchos conspiranoicos diciendo que van a entregar la Patagonia a los judíos con el plan Andinia, etc… Y chau, me quiero ir.
Pero ahora, con esto frente a nuestras narices, capaz que empiece a escuchar hasta a los absurdos que dicen que la Tierra es plana, porque cada día la realidad supera la ficción.
Por último, más allá de lo que pensemos que amerite o no a CFK (que, tras juicio y decisión, cabe a la Justicia argentina), ¿por qué un país extranjero no solo comete la torpeza de opinar al respecto en vez de quedarse callado, sino que tiene el atrevimiento de decir que se asegurará de que tenga lo merecido?
Señor Lamelas, Ud. sí puede opinar, pero a usted no le corresponde ningún atributo ni poder de la Justicia argentina, al no ser que la maneje en las sombras y nosotros ni nos hayamos enterado aún.
Este fanatismo persecutorio de un partido hacia otro y estas atribuciones de poderes, llama la atención y nos recuerda a la época del Virreinato del Río de la Plata, cuando llegaba un enviado de la corona española a decirnos qué hacer.
Ya no se vienen Buenos Aires, sino “Nuevos Aires”, de un país que volvió a ser colonia y aún no se lo han anunciado a los ciudadanos.